Río Bacanuchi
El daño que ocasionó el derrame de 40 mil metros cúbicos de sulfato de cobre en los ríos Bacanuchi y Sonora, ocurrió el 6 de agosto, cuando una presa de lixiviados, ubicada en la comunidad de Bacanuchi del municipio de Arizpe, localizada en la parte alta del río Bacanuchi, afluente del río Sonora, presentó una falla técnica y ocasionó el derrame.
Este suceso se consideró como la peor contingencia ambiental en la historia de México, afectó a unos 25 mil habitantes de los municipios de Arizpe, Aconchi, Banámichi, Baviácora, San Felipe de Jesús, Huépac, Ures y pobladores de la zona rural del noreste de Hermosillo, afectando el consumo de agua potable, así como las principales actividades económicas de esa zona de la sierra media del noreste de Sonora como son la agricultura y la ganadería.
El Grupo México, propietario de la minera Buenavista del Cobre, a la que pertenece la presa de “jales” en la que se originó el derrame tóxico, conformó el fideicomiso Río Sonora con recursos por dos mil millones de pesos.
El corporativo asumió su responsabilidad y cubrió pagos para resarcir los daños a 19 personas en su salud, así como a unos siete mil productores agropecuarios y pesqueros, además de empresarios comerciales, industriales y turísticos.
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